Hace un buen tiempo veo en redes sociales que se habla mucho del despertar o estar despiert@s en el presente, el aquí y el ahora.
Lo he puesto en práctica de un tiempo para acá; me tomo el tiempo para observar sin juzgar el ambiente, el lugar, los acontecimientos y las personas, por ejemplo qué hacen diferente a otras.
Es parte de mi crecimiento personal y espiritual, observar las cosas positivas y ver cómo puedo emular para agregar valor y continuar poniendo el ejemplo o marcando la diferencia.
Un coach que tuve en el 2018, llamado Jesse Itzler nos compartió un booklet, (que utilizo en mis pequeños grupos) y al final nos insta a hacer 56 cosas para ser mejor persona, una de ellas es “pagar anónimamente la cuenta de alguien” en un restaurante, supermercado etc.
Como últimamente viajo bastante he puesto en marcha practicar mantenerme en presencia y observar, sobre todo cuando se trata de culturas diferentes; He aquí mi anécdota:
Me invitan a almorzar a un restaurante chino en un país donde visitaba, una comida familiar para compartir, yo soy la invitada y no conozco a las personas que llegan al lugar, las personas a las que visito saludan a tod@s los que entran al restaurant de forma muy amigable, uno de los clientes que llega al restaurant parece que hace tiempo no veía a las personas con las que me encontraba y luego de una breve charla, cada quien en su respectiva mesa ordena y almuerza tranquilamente.
Yo me encuentro de frente a ese señor del que hablo y me doy cuenta que pide a la camarera poner nuestra cuenta para él pagar, aunque no me sorprendió que fuera una persona amable, si me hizo reflexionar a nivel general ¿con qué frecuencia somos personas con cortesía? ¿Qué hacemos que l@s demás no están esperando y de forma desinteresada? O ¿Cuándo fue la última vez que pagamos algo para alguien aunque aparentemente no lo necesitara?
En mi camino de crecimiento personal y practicando la presencia conscientemente me voy dando cuenta que nuestro mundo no es tan malo como parece o como nos quiere decir la tv basura y las redes sociales.
Estoy aprendiendo que cuando una busca, encuentra, y si lo que buscamos es positivo eso encontraremos; que si queremos ver cambios e iniciamos nosotr@s primero el mundo será mejor.
Que los valores que inculcamos a nuestr@s hij@s se verán reflejados en su conducta y modo de vivir, por lo que no será necesario preocuparnos por el mundo que heredarán nuestr@s jóvenes. ¡Es momento de reflexionar qué jóvenes les estamos heredando al mundo!
En las pequeñas cosas, siempre podemos hacer la diferencia. Dice la biblia en Proverbios 27:3 “porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él.”, lo que también aplica para estas cosas. Lo que está en nuestra mente y corazón es lo que se reflejará en nuestro comportamiento.
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